Producen semilla de papa cerca al glaciar Perito Moreno

Juan y Leandro Pérsico en LA CAPITAL, explicando los pasos en la producción de papa semilla que se dan a lo largo de un lustro entre Mar del Plata, Calafate y Tres Arroyos.

Juan y Leandro Pérsico en LA CAPITAL, explicando los pasos en la producción de papa semilla que se dan a lo largo de un lustro entre Mar del Plata, Calafate y Tres Arroyos.

Abril 05, 2018

por Oscar Lardizábal

La producción de papa semilla requiere de un proceso complejo, un desarrollo de varios años y el cumplimiento de estrictas medidas fitosanitarias. Una organización de Mar del Plata, relativamente pequeña y familiar pero única en el país por su especialización, cumple con esos pasos en puntos distantes del territorio argentino. Y así ha logrado exportar a varios países del mundo, incluyendo uno impensado como Vietnam.

Ahora, gracias a la gran demanda potencial de la papa semilla en todo el mundo, se apresta a llegar en los próximos meses a destinos de comercio exterior nunca antes alcanzados, como Indonesia, Tailandia, Paquistán o Egipto, y para otra etapa hasta “sueña” con la entrada a países desarrollados donde aumenta la escala industrial con base en la papa.

En la actualidad exporta a casi una decena de países: Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia, República Dominicana, Guatemala, Venezuela, Angola, y Vietnam.

Hablamos de Papa Sud, una sociedad anónima con 20 trabajadores estables y unos 80 en temporadas, cuyos socios propietarios son Juan y Leandro Pérsico y Sergio Carozza; aquellos dos, padre e hijo, representantes de la tercera y la cuarta generación de una familia dedicada a la papa desde hace más de 120 años, precisamente desde que el pionero Giuseppe comenzó a fines del siglo XIX a cultivar en la Argentina, a poco de haber inmigrado desde la isla italiana de Capri.

Tradición y tecnología/

Los Pérsico, en su historia secular lograron aunar el respeto por la historia familiar con la apertura a las novedades técnicas. Y al conocimiento heredado le agregaron en las últimas décadas la formación universitaria, de lo que también son ejemplos Juan y Leandro.

Es Juan Pérsico quien lleva el peso del relato durante la entrevista con La Capital Campo.

Ante todo, hace notar que la papa prácticamente nunca mereció un reconocimiento público hacia su riqueza nutritiva y sus ventajas comerciales; si hasta en la Mesa de Enlace del 2008, el sector papero brilló por su ausencia; lo cual es injusto, dice, porque la indiferencia no corresponde a la importancia y potencialidad del sector.

Y reafirma la idea con despliegue de datos:

  • En las últimas décadas, en la lista de los alimentos más demandados en el mundo, la papa pasó del puesto 20 al tercero, desplazando recientemente al maíz, y por ahora sólo es superada por el arroz y el trigo
  • Además la papa, en cuanto a su productividad por unidad de superficie, hoy sobresale con amplitud a los cereales y las oleaginosas.
  • Siempre en relación con la papa, la Argentina puede vislumbrar un gran futuro: cuenta con una gran superficie para extender los cultivos y en cuanto a aptitud agronómica se halla tercera en el ranking internacional, después de Rusia y los Estados Unidos.
  • El consumo de la papa crece cada vez más en el mundo porque al aumento del consumo en fresco se agrega nuevas formas de industrialización, logrando cada vez una mayor diversidad de productos como azúcares, almidón, alcohol, etc.

El factor sanitario

Desde Papa Sud quieren acompañar estas promesas del mañana, aún cuando todavía no terminaron de superar una fuerte crisis que se les suscitó tres años atrás, cuando se conjugaron en su contra dificultades climáticas y del entorno económico. “Pero ya estamos saliendo, nos volvemos a levantar como tantas veces”, dice Leandro.

En el ADN de la organización también está inserto el sumo cuidado por el control sanitario. Al respecto, Juan hoy rememora a su padre Constancio, quien en los años treinta, aceptó y puso en práctica los recaudos para garantizar el estado sanitario, de acuerdo con las primeras normativas fitosanitarias oficiales.

La papa semilla, con el objetivo de una sanidad inobjetable, requiere de un sofisticado y paciente ciclo de multiplicación, con siembra, cosecha y resiembra, que se extiende, hasta llegar al resultado final que se busca, entre tres y siete años; un ciclo que en el caso de Papa Sud se inicia con el cultivo in vitro en laboratorio a fin de generar minitubérculos, sigue con la implantación en tierras del extremo sur del país, para continuar en la zona diferencia para producción de papa semilla en la provincia de Buenos Aires, más precisamente en los partidos de Tres Arroyos, Gonzales Chaves y San Cayetano.

En la vecindad del Perito Moreno

En una dinámica de mejora continua, Papa Sud eligió para las primeras multiplicaciones de minitubérculos un punto extremo de la Patagonia, la vecindad con el Glaciar Perito Moreno, para aprovechar las ventajas agroclimáticas que proporciona ese ecosistema, incluyendo el mismísimo fenómeno espectacular de la rotura de los hielos que fascina al mundo cada dos, tres o cuatro años.

¿Por qué precisamente allí? ¿Qué tiene que ver la rotura del glaciar con el cultivo de papa para siembra?

Responde: Juan: “Para tener más calidad, para conseguir una barrera físico sanitaria insuperable, tanto que nos alejamos 1.800 kilómetros de las zonas donde se cultivan papas para consumo o industria, se decidió plantar en la mayor latitud geográfica posible (por debajo de la latitud 46) y así obtener también el mayor fotoperíodo posible”.

Cuando el avance del glaciar obtura la desembocadura al Lago Argentino, del otro lado el agua helada aumenta el nivel y va cubriendo las suelos, que luego, cuando rompe el glaciar vuelven a quedar al descubierto absolutamente desinfectados.

De este modo, yendo hacia el Calafate, consiguen la luz, pero les resta enfrentar dos grandes enemigos: los fuertes y persistentes vientos y las heladas, siendo éstas absolutamente incompatibles para el desarrollo de las plantas.

Los vencen y contrarrestan con soluciones tan inéditas como ingeniosas. Para los vientos desarrollaron “cortinas cortavientos” con una construcción distinta a las tradicionales, ya que a diferencia de éstas, que son permanentes, pueden ser instaladas y desarmadas en cada ciclo anual del cultivo.

Frío contra frío

Es tanto o más admirable el método para la lucha contra las heladas: “se recurrió al principio físico -detallan los Pérsico- que consiste en asperjar agua durante las heladas aprovechando su “calor de fusión”, así el agua se congela instantáneamente sobre las hojas, y el hielo así formado constituye una capa aislante del frío”.

Suena paradójico: hielo y frío para defender a la planta de las heladas.

En sus presentaciones, la firma abunda en la explicación: “esta metodología, sólo se practica sobre árboles que cuentan con cierta rigidez estructural normal en las plantas leñosas, no obstante la planta de papa por ser herbácea, no posee esa fortaleza para soportar el peso del hielo que se acumula. Por lo tanto, durante una helada, mediante un sutil y complejo manejo del equipo antiheladas, favorecemos “la construcción” de estalagmitas, para proporcionar el apoyo físico que evite la rotura de las hojas y ramas de la planta de papa”.

Tras dos años de multiplicación en el extremo austral, que además brinda la gran ventaja estratégica de trabajar a contraestación frente a los otros grandes productores de papa para siembra del norte del Hemisferio Norte, se trasplanta a los campos de la zona diferenciada de Tres Arroyos. Finalizada aquí la cosecha, el producto retorna para cumplimentar su empaque en General Pueyrredon para ser finalmente despachado por las vías marítima o terrestre a distintos puntos del país o hacia el exterior.

A esta altura, desde la tarea inicial en el laboratorio, pueden haber transcurrido de 5 a 7 años.

La sanidad y una vara cada vez más elevada

En oportunidad de un embarque de 70 toneladas de semilla básica de papa hacia Vietnam, en agosto del año pasado, la familia Pérsico y el director del Centro Regional Buenos Aires Sur del Senasa, Emiliano Cacace, destacaron que ambas partes, empresa y organismo oficial, puede ser aliados para el crecimiento de la actividad.

El mismo concepto refieren los emprendedores en cuanto a su relación con el Inase (Instituto Nacional de Semillas). Senasa e Inase fiscalizan y certifican los cultivos, y acompañan en los pasos de importación y exportación a fin de cumplimentar también los requerimientos de los organismos sanitarios de los otros países.

También es interesante observar cómo son los mismos productores los que buscan elevar la vara de la sanidad en la “Zona Diferencia para Producción de Semilla de Papa”, en los partidos bonaerense de Tres Arroyos, Gonzales Chaves y San Cayetano, de acuerdo al marco normativo del ministerio provincial de Asuntos Agrarios. Juan Pérsico es el actual presidente de Appasba (Asociación de Productores de Papa Semilla de Buenos Aires).