El sector de la patata mira al 2023 con ilusión, ante el despegue que está viviendo, con buenos precios, concentraciones empresariales y un creciente interés en Europa, gracias a la calidad del producto, que destaca tanto para freír, como guarnición o como aperitivo en bolsa.

La campaña de la patata llega a su ecuador en Salamanca con precios al agricultor que triplican a los de la campaña pasada. Según datos del Observatorio de Precios de Castilla y León que gestiona la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León.

Los arranques de patatas en las variedades tempranas ya se han generalizado en Castilla y León. Colombas, ágatas o algunas rojas son los pintorescos nombres de la mercancía que, a día de hoy, está en el mercado.

La Asociación de Desarrollo Local Icod de los Trigos- San Juan de la Rambla cree que las reuniones y movilizaciones de los agricultores de la isla son tremendamente necesarias para reivindicar un precio justo de nuestra papa, además de propiciar la autonomía de nuestra gente del campo.

Todo apunta a que se mantendrá la superficie con unas 4.000 hectáreas en Salamanca y 17.000 en Castilla y León. Incertidumbre por el efecto de la invasión rusa de Ucrania.

El ritmo de trabajo en los campos de A Limia en este inicio de la campaña avanza con normalidad, pero no deja de sobrevolarlos una incertidumbre provocada por la subida del gasóleo y los fertilizantes.

La imparable alza de los costes y las consecuencias directas e indirectas de la guerra de Ucrania, preocupan al sector de cara a la próxima campaña de comercialización.

Un sector en crisis que está pasando por momentos duros y cuya campaña de siembra a partir de marzo se espera muy complicada debido a la baja rentabilidad que reciben los agricultores por el cultivo.

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José Daniel Bravo, agricultor y vicepresidente actualmente de la cooperativa de patata de Siembra Santa Isabel comentó: Muchos de las grandes supermercados son de origen francés, por lo que la patata española está discriminada.