La Patata de Bolivia está Desapareciendo

The Aymara people could lose their most dependable food source.

El pueblo aymara podría perder su fuente de alimentación más fiable.

Enero 10, 2020

Durante siglos, los antepasados de Humberto Limachi han cultivado papas y las han convertido en un producto liofilizado llamado chuño. Es un alimento básico para la comunidad indígena aymara de Bolivia. Limachi enseña a sus jóvenes hijos cómo se prepara el chuño.

'La patata es nuestro símbolo', dice. Pero el cambio climático está interrumpiendo esta tradición y amenaza con negar a los pobres bolivianos lo que a menudo es su fuente más fiable de calorías en el amargo frío del Altiplano andino.

Para preparar el chuño, las patatas - preferiblemente las más pequeñas - se colocan en el suelo y se dejan congelar y deshidratar durante la noche, cuando las temperaturas a menudo caen por debajo del punto de congelación. Las patatas se dejan así por algunas noches, después se colocan en una cama de paja.

Las familias entonces pisotean las patatas a pie para quitar la poca humedad que queda. El proceso también ayuda a pelar las patatas. Finalmente, las patatas se dejan cocer al sol.

Julia Chambi, agricultora:
 

“Debido al clima que tenemos ahora, la tierra debe estar cansada.”

El chuño resultante puede durar de tres a cuatro años, dice Julia Chambi, la madre de Limachi, en comparación con la papa cruda, que perece relativamente rápido. Se cree que los guerreros incas sobrevivieron con ellas durante largas expediciones militares.

Sin embargo, el tiempo podría estarse acabando para el chuño, que se conserva y se utiliza para hacer sopa, bocadillos y comidas. El cambio climático ha hecho que el tiempo sea impredecible. 'Ya no es como antes', dice Limachi. Ahora puede haber heladas, lluvia y sol en días sucesivos, dice, lo que dificulta el cultivo. Luego están los gusanos

Julia Chambi:
 

“Antes no había gusanos,”

“Pero debido al clima que tenemos ahora, la tierra debe estar cansada.”

Limachi dice que se pregunta si debería salir y dirigirse a las ciudades, donde vive el 75 por ciento de los bolivianos de hoy en día. La mayoría de los jóvenes ya se han ido, dice René Gutiérrez Chambi, el tío de Limachi. Limachi querría que sus hijos crecieran donde él lo ha hecho, dice. Pero se está haciendo más difícil.

Limachi :
 

“El Chuño representa la seguridad para mi gente,”

“Podríamos morir de hambre.”
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