El CIP ayuda a sus socios a mejorar el acceso y seguimiento de sus recursos fitogenéticos

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February 22, 2018

Más de 30 representantes de instituciones del gobierno peruano y de organismos no gubernamentales se reunieron recientemente en la sede del Centro Internacional de la Papa (CIP) en Lima para conocer un nuevo sistema mundial creado por el Tratado Internacional de Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (TIRFAA) para hacer más accesible la información sobre la biodiversidad de los cultivos y ayudar a los gobiernos a realizar el seguimiento de los recursos fitogenéticos de su nación.

Si bien las personas han trasladado cultivos a través de las fronteras y los océanos por miles de años, hay una preocupación creciente sobre cómo conservar la diversidad genética de las plantas que sustentan la agricultura y asegurar que los beneficios económicos de las innovaciones agrícolas sean compartidos con las personas en los centros de origen de los cultivos. El Tratado Internacional se formuló para garantizar la conservación y el uso sostenible de los recursos genéticos de los cultivos y la distribución justa y equitativa de los beneficios que se derivan de ellos en los aproximadamente 140 países miembros.

Selim Guvener, jefe del departamento jurídico del CIP, señaló que el tratado es vital para el CIP y otras organizaciones involucradas en la conservación de la diversidad genética de plantas y en el desarrollo de variedades mejoradas de cultivos, porque facilita la transferencia de germoplasma entre los países miembros para ser usado en mejoramiento o investigación. “El Tratado en el único acuerdo internacional que garantiza a los científicos de plantas el acceso al germoplasma, y el GLIS es uno de los elementos facilitadores vitales del Tratado”, aseveró.

Guvener explicó que si bien el tratado entró en vigencia en 2004, el sistema mundial de información establecido bajo el artículo 17 no se completó hasta 2017. A medida que sea adoptado más ampliamente, el GLIS mejorará el acceso a la información y el seguimiento del material vegetal en los esfuerzos internacionales para desarrollar las variedades de cultivos que los agricultores en los países en desarrollo requieren.

Según el Segundo Informe sobre el Estado Mundial de los Recursos Fitogenéticos de la Alimentación y Agricultura de la FAO, hay 1,700 bancos de germoplasma en el mundo, que albergan aproximadamente 7.4 millones de accesiones, de las cuales entre el 25 a 30 por ciento son únicas. Cada banco genético tiene un sistema para hacer el seguimiento de la diversidad que conserva, y algunos están enlazados a sistemas regionales. Sin embargo, los científicos de otras instituciones con frecuencia tienen dificultades para obtener la información que requieren para decidir qué accesiones solicitar para mejoramiento o investigación. Asimismo, es casi imposible para los bancos genéticos hacer el seguimiento de lo que pasa con el germoplasma después de que es enviado a un programa de mejoramiento o a un investigador. Para remediar esta situación, el secretariado del TIRFAA creó el sistema mundial de información (GLIS), que acuña un identificador único de objeto digital (DOI por sus siglas en inglés) para cada accesión. En octubre de 2017, el banco de germoplasma de CIP fue el primer banco de germoplasma en el mundo en recibir los DOI para sus accessiones.

David Ellis, quien dirige el banco de germoplasma del CIP, explicó por qué es importante el sistema: “Con el clima cambiante y el crecimiento demográfico, necesitaremos nuevas variedades que tengan resistencia o tolerancia a cosas en las que ni siquiera pensamos hoy. Por lo tanto, es posible que tengamos una accesión que no se use mucho hoy, pero que podría tener un atributo que se necesitará dentro de 10 años y que ni siquiera sabemos que lo tiene. La importancia de mantener enormes colecciones de diversidad genética es que sirven como una póliza de seguro para el futuro, para nuestros tatara, tatara, tataranietos. El sistema mundial de información permitirá a la gente conocer los atributos únicos que tienen esas accesiones”.

Ellis añadió que el banco de germoplasma del CIP, que conserva la más grande colección in vitro de papa, camote y raíces y tubérculos andinos en custodia para la humanidad, ha estado involucrado en el GLIS desde su etapa de desarrollo. Aproximadamente el 90 por ciento de las accesiones del banco de germoplasma del CIP ya tienen DOI y Ellis espera que la colección completa los tenga para fines de 2018.

Ellis indicó que a inicios de este año se habían acuñado más de medio millón de DOI, la mayoría de los cuales son para accesiones de los bancos de germoplasma de los centros de investigación del CGIAR. El CIP y otros centros del CGIAR están ahora alentando y ayudando a otras organizaciones involucradas en la conservación y uso de la diversidad genética de los cultivos a participar en el GLIS.

“Ahora existe el sistema, y queremos facilitar el desarrollo de capacidades para que todos puedan participar, si quieren y no saben cómo hacerlo”, señaló Ellis.

El reciente taller realizado en Lima fue el más reciente de una serie de tales eventos de desarrollo de capacidades. Desde el lanzamiento del GLIS en 2017, los representantes del CIP han participado en varios talleres sobre el sistema y el tratado en África y el sudeste de Asia. El CIP tiene pensado realizar uno para representantes de bancos de germoplasma de América Latina y el Caribe, a celebrarse en Lima a fines de este año.

Roger Becerra, Especialista en Recursos Genéticos del INIA, dijo que el reciente taller preparó al personal de los diversos centros del Instituto para que comiencen a incorporar sus colecciones dentro del GLIS. Agregó que espera que la participación del INIA sirva de inspiración a otras instituciones peruanas que trabajan con diversidad de cultivos para que usen el sistema. “El sistema mundial de información es muy importante. Puede ayudarnos a organizar nuestra información a nivel nacional y facilitará su rastreabilidad”, precisó.

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